Columna La Segunda | Menosprecio Centralista

El menosprecio histórico que las élites metropolitanas han tenido por la opinión de los habitantes de regiones, en temas de incumbencia directa de éstos, ha causado, históricamente, graves consecuencias, incluso, revoluciones. Ese menosprecio ha presentado, en estos días, una nueva faz, encarnada en la opinión que “desde Santiago” tienen sobre el traspaso de porcentajes accionarios del proyecto Dominga, ocurridos hace más de 10 años y que se estima de la mayor importancia para decidir el futuro de ese proyecto.

Sin embargo, esa mirada definitivamente no es la misma que los verdaderos “incumbentes” tienen de ese mediático asunto, para ellos mediático tema no se relaciona con el beneficio directo que ese proyecto producirá para los pequeños mineros del sector de La Higuera y sus familias. Estos se agruparon en la “Asociación Gremial Minera de La Higuera”, conformada por 200 miembros, de los cuales 40 son productores propietarios de pequeñas minas, cuya explotación se realiza mayoritariamente de forma subterránea. Pese a que la minería es la principal actividad económica de esa localidad, su subsistencia ha sido precaria, desde que en el año 1974 se cerrara uno de los grandes proyectos mineros de nuestro país, El Tofo.

Dicha asociación es el actor privado más influyente de la actividad minera en la Cuarta Región, sólo por detrás de la U. de La Serena, la Seremi de Minería, Corfo y Enami. En tal calidad, esta agrupación ha manifestado pública y formalmente su pleno apoyo a la ejecución del proyecto Dominga, pues éste producirá un importante efecto sinérgico en la zona, produciendo (como suele ocurrir en este tipo de proyectos) un “cluster minero”, integrando una cadena productiva con la pequeña minería.

A dichos beneficios, se sumará el aporte directo que la empresa se comprometió a entregar, cuyo monto variará entre dos y cuatro millones de dólares anuales (dependiendo del precio promedio del hierro); y otros recursos para nivelación educacional y solucionar la escasez hídrica que afecta a esa área. Todo ello consta en el “Acuerdo Marco” suscrito en 2016 por la titular del proyecto y los integrantes de la “Mesa Comunal de La Higuera”.

De tal manera, aquellos que, desde la comodidad de Santiago, juzgan severamente los hechos que se vinculan al proyecto Dominga, en términos de cuestionar incluso su viabilidad, caen en la misma actitud despreciativa que, en la historia de nuestro país, tan serias consecuencias sociales y políticas ha causado.